Laura Méndez de Cuenca (1853-1928) fue singular en más de un sentido. En el México de finales del siglo XIX, cuyo ideario basado en el orden y el progreso contrastaba con la pobreza y el analfabetismo del noventa por cierto de la población, Méndez fue una persona tan culta como solidaria con su entorno. Profesora y escritora, formó parte del selecto grupo intelectual que encauzó al país, ocupándose de quienes identificó como los más desprotegidos: la infancia, las mujeres y los indígenas.