Creo que Ana tiene alas y creo que este libro es el antes y el después de aprender a volar, una búsqueda incesante de sí misma, el laberinto que todos tenemos dentro, una huida en la que querrás participar. Es el ejemplo perfecto de por qué a veces, para encontrarse con uno mismo es necesario dejarlo todo atrás, hacer las maletas y aparecer muy lejos. En París, Ana casi se alcanza. En Barcelona se encuentra cara a cara con sus miedos y en Madrid regresa victoriosa.
Este libro es una historia real, una caída sin precedentes, la necesidad de descifrarse a uno mismo y un viaje en el que aprendes que el destino fue, es y siempre será allí donde habite tu libertad. Citando sus propias palabras: “Te van a atrapar sus silencios. Dejarás de respirar por miedo a romperlos.”, y yo os aseguro además que deberéis contener el aire, abrir el corazón y dejar que Ana se encargue del resto. Desde hoy, lejos dejará de ser sólo un adverbio.
Monica Gae