Los críticos acusaron una vez al dramaturgo Juan Ruiz de Alarcón de no tener nada que decir.El teatro es precisamente el arte de no tener nada que decir.Esta hecho de la banalidad -es decir de la distinción- de otras artes y la mayoría de las obras ni se pueden contar.De ahí la grandeza de la tragedia griega, del teatro isabelino, del drama romántico, de Moliére y Beckett.De ahí también la grandeza de las obras de Juan Ruiz de Alarcón, aun las que cuentan con textos canónicos como Ganar amigos y La cueva de Salamanca.
